Aurora
(30/10/2013): El
Talmud y la Guemará perduran como fuentes de sabiduría judia: Durante siglos se prohibió transcribir la Ley oral, pero más
tarde los Maestros de la Tradición, apoyados en el Salmo 119, decidieron
escribirla. Esa trascripción constituye el Talmud, cuya historia de formación
es muy compleja, a través de siete siglos: desde el s. II aC hasta el s. VI dC.
Se divide en dos partes distintas: la Mishná (texto propiamente dicho) y la
Guemará (comentario del texto).
El nombre de Guemará es el que antes hemos aplicado al Talmud de
Babilonia. No obstante, se puede también llamar, tanto al Talmud de Jerusalén
como al del Babilonia, con el nombre de Guemará, distinguiéndolo de Mishná,
quedando, pues, constituido todo el Talmud por la Mishná y los dos Guemarot (de
Jerusalén y de Babilonia).
El proceso de formación y el conjunto de escritos y comentarios que van a ir incorporándose a lo que después se calificará como el corpus talmúdico se compone de los siguientes elementos:
a) La Mishná: los 63 tratados de la Mishná se agrupan en seis órdenes que
versan sobre los siguientes temas o Shas: La tierra, el tiempo, lo femenino, la
sociedad, lo sagrado y la muerte.
b) Las Baraitot y la Tosefta: Yehudá Hanasí no incorporó a la Mishná todas las decisiones de los doctores precedentes. Esas decisiones se recopilaron más tarde con el nombre de Baraitot (que están fuera), dando lugar en las escuelas de Babilonia al libro Tosefta (complemento).
c) La Guemará: Es el comentario perpetuo que sigue a la Mishná en todas sus divisiones. Como ya se ha indicado hay dos Guemarot, que dan lugar a dos talmud diferentes: el de Jerusalén y el de Babilonia.
b) Las Baraitot y la Tosefta: Yehudá Hanasí no incorporó a la Mishná todas las decisiones de los doctores precedentes. Esas decisiones se recopilaron más tarde con el nombre de Baraitot (que están fuera), dando lugar en las escuelas de Babilonia al libro Tosefta (complemento).
c) La Guemará: Es el comentario perpetuo que sigue a la Mishná en todas sus divisiones. Como ya se ha indicado hay dos Guemarot, que dan lugar a dos talmud diferentes: el de Jerusalén y el de Babilonia.
d) El comentario de Rashi: Rashi son las siglas del Rabí Shlomó Itzjaki, que vivió entre
los siglos XI-XII, el cual formuló dos comentarios esenciales: uno a la Biblia
y otro al Talmud, escritos con gran precisión léxica. Su comentario es neutro,
sin optar por ninguna posición de las discutidas. Su obra es un útil
instrumento para explicar el Talmud a la gente corriente.
Un trabajo único
Rabí Shlomó Itzjaki conocido como Rashi nació en el año1040 en
el pueblo de Troyes, Francia. Según otras versiones, su ciudad natal fue Worms.
Su padre, Rabí Itzjak, era un gran estudioso y conocedor de la Torá y el
Talmud, y según se dice, descendiente del Rey David.
Rashi era todavía muy joven cuando abandonó su ciudad natal y se fue a Worms y a otras ciudades famosas por el calibre de sus maestros espirituales. Con insaciable ansiedad, Rashi se dedicó devotamente al estudio de la Torá y el Talmud y tras ocho años de constante y profundo estudio, regresó a su ciudad natal. Tenía solo 25 años, pero sus conocimientos le permitieron estudiar en forma individual.
Poco a poco fue adquiriendo fama hasta que pronto su casa estuvo colmada de discípulos y sabios que venían a aprender de él. Eventualmente Rashi fue nombrado Rabino de Troyes, cargo que ocupó ad-honorem, pues igual que su padre, decidió que su sustento proviniese de la venta del vino.
Era joven aun cuando comenzó a escribir su famoso comentario a la Torá y el Talmud. Hasta el momento se hacía muy difícil la comprensión apropiada de la Torá, y más aun del Talmud. Para subsanar dicho inconveniente, Rashi decidió escribir un comentario cuya característica principal fuera la redacción breve y fácil; un comentario que les permitiera a todos transitar por los complejos senderos de la Torá y el Talmud.
e) Los comentarios de las Tosafot: Durante los siglos XII y XIII, en Francia, Alemania e Inglaterra, los tosafistas (maestros de la familia de Rashi) elaboran un comentario discontinuo; Retoman puntos difíciles del texto, lo comparan con otros pasajes y muestran las contradicciones, intentando resolverlas a continuación. En algunos casos corrigen al Rashi.
Desde la edición de Bomberg (Venecia 1520-1523) el Talmud se ha exhibido como el conjunto de Mishná-Guemará-Rashi-Tosafot. El corpus talmúdico los constituye, por tanto, los escritos Mischná-Guemará, enmarcados con un comentario interno (Rashi) y otro externo (Tosafot).
En el texto del Talmud podemos encontrar, al igual que en el texto bíblico dos categorías distintas totalmente imbricadas entre sí. Se llaman también la Halajá y la Hagadá. La Halajá es la parte jurídica del Talmud, que imprime a la vida judía la orientación de la acción y de la ley, y comprende no sólo las leyes en sí establecidas por los doctores, sino también las discusiones que conducen a su fijación. La Hagadá es todo aquello no comprendido en la Halajá; es un conjunto que abarca homilías, exégesis, historia, leyenda, nociones de ciencia natural, simbolismo de los sueños, etc.
Es imprescindible destacar la existencia de los denominados midrash, que son un conjunto de distintas recopilaciones de comentarios, independientes del Talmud. Estos comentarios se han dirigido en dos sentidos: un midrash halajá (comentarios jurídicos) y un midrash hagadá (comentarios didácticos).
Una vez presentado el Talmud en su origen, su estructura y sus diferentes comentarios, aflora la cuestión de cómo abordarlo, de cómo debe interpretarse su texto y cuál es su importancia. En este ámbito de la interpretación se suelen distinguir varios enfoques, de los que sobresalen uno, denominado histórico, y otro que podría considerarse como existencial.
a) Enfoque histórico: el pasado pertenece a la Historia y sólo se hace inteligible por la mediación entendida y crítica del historiador. El pasado es un enigma casi mítico, que hay que descifrar.
b) Enfoque existencial: Esta perspectiva se basa en la idea de que cada época
debe comprender a su manera el texto transmitido. El verdadero sentido de un
texto no depende de los factores ocasionales que representan el autor y su
primer público. La comprensión de un texto es actitud productiva, no solamente
reproductora. >>> Leia mais, clique aqui.
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